Es un mundo donde la sombra se funde con la luz. Es un momento en el que los vivos se codean con los difuntos. El fotógrafo Nicolas Feuillet es nuestra guía para El Día de los Muertos, el Día de Muertos mexicano. Cuando llega la noche a Oaxaca, su lente sorprende a los fantasmas que acechan las calles. Seres espantosos y morbosos que poco a poco se vuelven entrañables. Sus expresiones son de ensueño. La angustia da paso a la nostalgia. Tanto jóvenes como mayores usan disfraces de momia o esqueleto. Las calaveras están al lado de las flores. La comida se coloca como ofrenda en las tumbas iluminadas por velas. Piety se codea con el profano. Son imágenes fuertes, bañadas por el calor humano y el simbolismo místico. Vemos a todo un pueblo allí que se esfuerza por jugar con el tabú de la muerte.

                                                                                       Guillaume Gwardeath